Objetivismo y Subjetivismo en los Valores

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Introducción


Abordar objetivismo y subjetivismo implica plantear los valores como reflejo de nuestro día con día, donde son concebidos con una percepción individual o colectiva.

Hablar de objetivismo es considerar los valores como una razón única donde no se aceptan contradicciones a lo que nos rodea, donde los valores valen por sí mismos y no dependen del sujeto ni del objeto. Son considerados como preestablecidos.

Por su parte, el subjetivismo busca su fundamento en el conocimiento del sujeto, se basa en la idea de que los valores lo son porque existe el sujeto, quien determina si el objeto, una acción o una persona son valiosos; no existe una verdad universal, pues pueden variar de persona a persona, ya que, dependiendo de las circunstancias, se puede valorar positivamente y en determinado momento éste puede cambiar hacia una percepción negativa. Las cosas que se valoran varían según nuestras experiencias y nuestro desarrollo.

El subjetivismo nos ha mostrado la conveniencia de no olvidar la valoración, es decir, la actividad del sujeto que valora, una actividad marcada por condicionamientos psicológicos, sociológicos y culturales.

Los valores son valores de una sociedad, y los individuos en su proceso de socialización los aprenden (o los rechazan). El objetivismo nos ha mostrado la conveniencia de analizar las características de la cosa que consideremos un valor, que los valores no son arbitrarios y que, además son compartidos.

En este tema revisaremos estos elementos desde la perspectiva del psicoanálisis y la relación que existe entre el cuerpo, la mente y el bienestar del ser humano.



Jóvenes tocando guitarra en el atardecer.

Altman, G. (2015). Valores [fotografía]. Tomada de https://pixabay.com/photo-723557/



Reconocer cómo el objetivismo y subjetivismo en los valores regulan nuestra conducta en la vida cotidiana a través de su estudio, desde la perspectiva psicológica, para replantear su incidencia en las organizaciones de trabajo.

Algunos aportes de la psicología en el objetivismo y subjetivismo en los valores


El psicoanálisis y la psiquiatría han ido ganando un lugar indiscutible en el pensamiento contemporáneo, ya habiendo superado la fase de prueba y ensayo, pero aunque sus postulados son objeto de polémica constante, son más las personas que les conceden valor y verdad que quienes dudan de que lo tengan.



Jefe vigilando a los empleados.

Mundo empresarial



En el mundo empresarial actual ya no basta con atender exclusivamente la dimensión de las condiciones materiales de los trabajadores, olvidando que reaccionan no sólo ante pesadas jornadas de trabajo, que son agotadoras, sino también a problemas de comunicación con sus compañeros y en el seno de sus propias familias. Trátese de mandos operativos, medios o altos, del jefe o del mensajero, todos son afectados por la manera en que se relacionan con otros en su entorno más inmediato, lo que se manifiesta en bajas de rendimiento laboral o despidos sucesivos ante actitudes inconvenientes en el trato hacia compañeros de trabajo.



Todo eso hace que cobre mayor importancia el análisis de aquello que incida en la conducta del trabajador, para bien o para mal, teniendo en la psicología una poderosa aliada para resolver los problemas que ocasionan empresas disfuncionales, derivadas de trabajadores sin incentivos que luchan a brazo partido por un salario, más que por su desarrollo personal.

Así pues, atender la vida emocional de cada miembro de una organización no tiene un propósito mediático de incremento en la productividad únicamente. Sin duda, eso se contempla como meta, pero sería un error alcanzarla con vanas promesas que llevaran a los trabajadores a rendimientos extraordinarios de vez en cuando; aunque sin recompensas de por medio nadie se arriesga ni hace más de lo que le corresponde.

Sería del todo preferible incidir en el comportamiento de los diferentes integrantes de una organización, así como en sus distintos niveles y planos de acción, propiciando una atmósfera de cumplimiento de metas personales, de superación y capacitación como principio no para que la empresa gane, sino que para que al ganar la empresa ganen todos; sería un espacio estimulante donde los trabajadores se descubrirían no usados ni explotados vilmente, sino que, en lugar de ese desencanto, verían su trabajo potenciado por su actualización y capacitación constantes que, junto con los objetivos de la empresa, cumplirían por igual sus sueños personales.



Manos unidas.

Integrantes de una organización



Todo eso suena muy bien, pero ¿cómo se puede aterrizar?, ¿cómo implementar algo así? Aquí es donde un abordaje psicológico se torna más que pertinente dentro del mundo de la empresa, pues para lograr hacer realidad todo eso hay que hacer que cada empleado se sienta como en casa, pero estando en su trabajo; y que sin hipocresías de por medio, su patrón llegue a ver a sus empleados casi como parte de su familia, no sólo por el tiempo que pasa con ellos, sino por los proyectos que juntos logran llevar a cabo.

Entonces, llegamos al punto en el que hay que responder a la pregunta ¿qué hace sentir feliz al trabajador? Sencillamente, darle lo que pide; mostrarle que sus ideas son tomadas en cuenta; decirle qué tan importante es para alcanzar los fines de la empresa; hacerle sentir que es un engrane necesario para llevar a la organización a donde se quiere; motivarlo en una palabra; brindarle más satisfactores que sólo el dinero; tener una actitud comprensiva hacia su vida afectiva, buscando apoyarlo de muchas maneras en esa área, pues si se siente bien en casa no tomará al trabajo como fuga o escape de frustraciones sino que, en todo caso, lo ve como la plataforma para apropiarse de una vida mejor para los suyos.



Esquema con aspectos para el bienestar del trabajador en la organización.

Bienestar para el trabajador

Importancia de la vida anímica y los valores


Tan ambicioso panorama no es resultado de un fantasear sin sentido, sino de revisar y brindarle el peso que verdaderamente tiene la vida anímica de un trabajador como factor estratégico que incide desde su integración idónea a un grupo de trabajo hasta percibir la realización de las metas de su empresa como una realización propia; y aunque ciertamente no determina de manera total el ocuparse de su psicología, sí se convierte en un elemento decisivo para explicar por qué una empresa pasa por problemas de descomposición interna, y cómo puede revertirlos y prevenirlos; asimismo, se puede aprovechar la situación, tras un balance y radiografía de la dimensión psicológica de sus miembros condicionada por el entorno laboral, para descubrir cómo hacerlos sentir parte imprescindible en el éxito de una organización.



Generalmente, cuando las personas oyen hablar de psicoanálisis sólo piensan en que la vida sexual de los individuos los determina desde pequeños y que es entonces (en la temprana infancia) cuando surgen los traumas y complejos, lo cual intenta comunicarnos nuestros sueños, de algún modo, aunque no sabemos interpretarlos.


Estructura del psicoanálisis.

Significado del psicoanálisis

Sigmund Freud

A decir verdad, ésos son los puntos de vista más comunes sobre lo que es el psicoanálisis, pero remitiéndonos a sus orígenes y a su fundador, Sigmund Freud, dicha escuela psicológica buscaba explicar la conducta “inexplicable” de pacientes con trastornos psicológicos severos, depresiones y personalidad dividida, entre otras, haciendo un análisis o disección, más que de sus vivencias recordadas conscientemente, de cosas que no podían explicar por qué reaccionaban en cierta forma ante situaciones como espacios cerrados, apego o rechazo a sus padres, entre otras tantas.


Cabeza de hombre con globo de pensamiento.

Conciencia

Pero como esos pacientes no sabían por qué sentían aborrecer a un ser querido, como su madre, era de poco valor una recapitulación de sus vivencias y experiencias desagradables, experimentadas con el familiar que les provocaba sentimientos inexplicables. Entonces, se intentó algo nuevo y revolucionario: se propuso que muchas de las pistas y claves para comprender tales situaciones eran escondidas por el que las había vivido para que no lo siguieran dañando; es decir, eran sepultadas dentro de sí tan hondo que no llegaba a recordar que las hubiera vivido, estaban escondidas de la conciencia y, por ende, el paciente no era consciente de ellas.


Ojo y silueta de hombre representando vida emocional.

Vida emocional

A juicio de los especialistas, hay una forma de develar lo que se encierra en nosotros mismos, lo que no sabemos que existe, pero que explica gran parte de los trastornos que vivimos en nuestra vida emocional, sin la necesidad de destruirnos al sacarlo a la luz. ¿Podemos de veras abrir la caja de Pandora sin poner nuestra propia estabilidad en sumo peligro? En cierto sentido, el psicoanálisis se construye sobre los cimientos del mundo inconsciente, de lo que no sabemos que nos pasó y que vive “dormido” dentro de nosotros.


Paisaje con cielo azul y flores.

Interpretación de los sueños



En principio, la respuesta ante semejante panorama la constituyó el arte de interpretar los sueños, pues en ellos más que ver la vida personal desde fuera, como en una película, se presentan asociaciones “sin sentido” con recurrencia a ciertos temas. La libre asociación de ideas nos lleva a pensar que el sueño es una manera de dejar salir los fantasmas y monstruos de nuestra vida interior en un espacio donde no son letales ni nos hacen daño alguno, al menos hasta que se identifican por lo que son: pedazos dispersos de un rompecabezas inconcluso, que es la vida de cada quien, donde los males que nos aquejan no habían hallado causa y, por lo tanto, no estaban “curados” realmente por estar suprimidos.



Tal es el discurso defendido por el psicoanálisis, sin que se reduzca éste al simple análisis e interpretación de los sueños, lo cual es sólo uno de los mecanismos que lo hace posible y lo explica, además de concederle un carácter terapéutico y curativo.

El psicoanálisis clásico fue creado por Sigmund Freud y es diferente a sus derivaciones y otras clases de psicoanálisis que se conciben como procedimientos para el diagnóstico y tratamiento de ciertas neurosis, las cuales son enfermedades funcionales del sistema nervioso que se caracterizan principalmente por la inestabilidad emocional.

El psicoanálisis de Freud aspiraba a ser una doctrina relativa a la naturaleza del ser humano, que diera explicación a sus acciones y al porqué de éstas, pues para él no había actos de alguna clase (incluyendo los verbales y los sueños) que no tuvieran una causa, tanto al actuar como al dejar de hacerlo, debido a que existían inhibiciones y sentimientos de culpa que nos orillan a no saber qué hacer o a no hacer nada.



Cabeza de joven con engranes.

Mecanismos

Relevancia de las teorías psicológicas en el objetivismo y subjetivismo en la ética


Por motivos como éstos, Freud trató de dar cuenta y razón de las manifestaciones humanas con base en un mecanismo constituido por fuerzas y actividades de índole tal, que mucho de lo que estaba psíquicamente presente debía remitir a causas o explicaciones que estaban ausentes o que eran desconocidas, por lo menos de forma consciente. Freud llamó a esto “llanamente inconsciente” y era traducido en impulsos reprimidos y censurados que han sido desalojados de la conciencia para sobrevivir los efectos de la angustia y de situaciones tremendamente dolorosas y traumáticas.



Características del inconsciente.

Significado del inconsciente



Silueta de persona iluminada en un cuarto solo.

Manifestaciones



En el momento en que un hombre encuentra inexplicables conductas de fobia a diversas cosas que lo hacen tremendamente inestable, resulta necesario encontrar medios para descubrir las desviaciones, inhibiciones o represiones que lleva consigo ocultas, abriéndoles paso para que se manifiesten claramente a través de lo que se conoce propiamente como “análisis”.

Pero ¿qué relación tiene esto con la ética? Mucha y sin duda, pues cuántas veces hacemos cosas de las que nos arrepentimos o hacemos mal a alguien sin poderlo evitar, sabiendo que está mal; entonces, ¿qué nos hace actuar como no debiéramos ni quisiéramos?

Esas razones desconocidas de por qué no basta reflexionar sobre un acto incorrecto cometido para dejarlo de hacer y sobre cómo se hizo, sabiendo que era indebido, se ha de buscar en la historia psicológica de cada uno, es decir, en lo que ha vivido.



Aspectos que influyen en la ética.

Elementos relacionados con la ética



Hombre mirando una pared con engranes.

Vida inconsciente



Lo que el psicoanálisis propone es zambullirse en su vida inconsciente, con el fin de buscar las respuestas o, al menos, hallar los porqués de su inexplicable conducta. Este tipo de terapia se mantiene vigente hasta la fecha y ha sido uno de los grandes aportes al recordar y enfatizar el enorme peso que tiene la vida emotiva (y no meramente sexual), en el desarrollo total y equilibrado de cada persona.


Hay quienes arguyen contra los psicoanalistas clásicos u ortodoxos, como contra los llamados psicoanalistas existenciales, porque los primeros pretenden no apoyarse en tesis filosóficas. Lo cierto es que casi todos sus planteamientos y prácticas se fundan en una concepción naturalista del ser humano, expresada en el uso de esquemas procedentes de las ciencias naturales, como la tesis fundamental de la explicación causal de las acciones o, incluso, se ha nutrido del existencialismo sartreano, pues para descifrar y saber interrogar las conductas, tendencias e inclinaciones humanas es necesario un método o análisis existencial que, según Sartre, consista en la idea básica de que el hombre es una totalidad en sí mismo, un solo hombre, y no una colección de muchos hombres; y, en consecuencia, se expresa entero y completo, incluso en la más insignificante de sus conductas: cada una simbolizando una elección fundamental que ha de ser hecha manifiesta como elemento decisivo de la realidad ética del hombre, que muchas veces la propia conducta oculta o disfraza por el peso de comprometerse con ella o de decidir qué es “bueno” y qué es “malo” cuando no se sabe qué hacer.




Hombre caminando en una cuerda floja.

Elección



Sin abundar mucho más a lo recién comentado, debe hacerse mención de que aparte de las diversas corrientes psicológicas que se debaten en riñas ininterrumpidas por ser la mejor explicación de por qué el hombre actúa como lo hace, aparece la psiquiatría, la cual retoma el aspecto orgánico de la vida psicológica, pues no todo padecimiento responde solamente a un daño emocional, sino que a veces hacemos lo que no queremos porque hay un daño o alteración neurológica real en nuestro cerebro; un tumor o la falta de algún químico que explica fisiológicamente lo que nos pasa: no es que esté loco ni que pierda el control fácilmente o que no pueda controlarse ni, mucho menos, que niegue que hizo algo que sí hizo. Más que un problema, ocasionado por una vivencia traumática, existe un mal funcionamiento de procesos fisiológicos que van desde una memoria olvidadiza por falta de consumo de algún nutriente, hasta una convulsión o ataque por causa de algún tumor.



Hombre pensando, con las manos en la cabeza.

Psiquiatría



En suma, la psiquiatría sólo contribuye a la cuestión de explicar por qué no actuamos como es debido o como es socialmente aceptado, brindando una explicación meramente orgánica (fisiológica) a lo que podría generar una conducta así, en forma tal que la cura que propone no es ya un tratamiento psicológico sino una cura medicamentosa.

Lo cierto es que el ser humano no es sólo algo físico o meramente algo mental, sino que es una combinación compleja de ambas dimensiones, de manera que lo apropiado sería explicar la causa de sus acciones y creencias, a través de lo vivido, por el paciente y por la estabilidad de su organismo: su salud física u orgánica incluye tanto al cuerpo como a la mente, constituyendo una unidad de sentido.



Hombre con cabeza de foco de pensamiento.

Dimensiones del ser humano

Resulta por demás claro que, aun cuando no lo queramos, si privamos de todo alimento a nuestro organismo como producto de un acto razonado, nuestro cuerpo nos hará notar la falta de éste a través de situaciones límite, incluso valiéndose del sufrimiento; el no haber sido alimentado como un acto de privación rebelde, en ciertos casos, se nota más de lo normal, reflejando hasta qué punto existe un nexo entre la mente y el cuerpo. Por más que se piense ingenuamente que la mente domina al cuerpo siempre y que se encuentra separada de él o que sea del todo independiente a éste, ambas poseen paridad de influencia.



Cabeza de hombre con conexiones, representando a la mente.

Mente

Una muestra indudablemente clara de la relación cuerpo y mente (dentro de la dimensión ética de la cuestión) sería que nuestro cuerpo sucumbe a tentaciones que, en principio, la razón dice jactanciosamente que puede resistir o vencer (trátese, por ejemplo, de fumar o beber, a sabiendas de los efectos nocivos e irreversibles que nos provocan), pero la mente se ve dominada por el cuerpo que aparentemente controlaba. En realidad, el asunto no tiene que ver con el hecho de si la mente determina lo que hace el cuerpo o si el cuerpo se vale de la mente para realizar sus fines, como sucede en el caso de un violador que utiliza tácticas astutas para sorprender a sus víctimas, motivado por mero deseo físico enfermizo; más bien, lo que muestran tales ejemplos es la relación y conexión entre mente y cuerpo (íntimamente ligada una a la otra), que son las dos partes constitutivas de la unidad definida como ser humano.



Aristóteles, en el De anima, ya había advertido sobre el problema mente-cuerpo, que aún en la actualidad representa uno de los temas más debatidos en la filosofía de la mente, debido a que incide sobre cada acto y cada pensamiento humanos.

No en vano hay muchos que explican conductas como la infidelidad, alegando que son hombres y que su naturaleza es ser infieles, pues no pueden reprimir sus apetencias sexuales por más que sepan, al razonarlo, que les puede costar por lo menos un divorcio y una pensión alimenticia.

Igual sucede cuando alguien aspira a ser contratado por su imagen más que por su capacidad, sabiendo que tiene las armas para nulificar la razón de un reclutador que queda pasmado, por ejemplo, con la belleza y coquetería de una candidata a un puesto, incluso cuando él mismo ya concedió ese puesto a alguien más. Hay razones gobernadas por sus reacciones carnales que lo llevan a cambiar de parecer y cometer injusticias, simplemente por sus deseos irracionales, pero cuyas razones pesan más que las correctas.



Hombre de Vitruvio

Hombre de Vitruvio

Actividad. Objetivismo y subjetivismo

Cada acto realizado da pauta a los valores establecidos en el individuo y su respectiva consecuencia al tomar una decisión, por ello, es importante considerar el aspecto ético en el entorno en una organización.

Autoevaluación. Los valores ¿objetivistas o subjetivistas?

Los valores son principios que los hombres consideran fundamentales, a tal grado que piensan que deben ser gobernados por éstos; es decir, que lo que hacen debería ajustárseles y que si a alguien no le concierne lo que sí vale para los otros, no debería en principio importar su expresión de desacuerdo.

Fuentes de información

Basicas


Documentos electrónicos

Del Pino, M. y Guzmán, J. (2017). Licenciatura en Informática. Ética en las organizaciones. Apunte electrónico [versión electrónica]. México: SUAyED-UNAM-FCA. Consultado el 11 de septiembre del 2017 de http://fcasua.contad.unam.mx/apuntes/interiores/docs/20172/informatica/2/2/LI_1850_07116_A_Etica_en_las_organizaciones.pdf



Complementarias

Bibliografía

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Jaeger, W. (1971). Paideia. México: FCE.

Llano, C. (2000). Sistemas versus personas. México: McGraw-Hill/IPADE.

Peters, R. S. (1984). Desarrollo moral y educación moral. México: FCE.

Platts, M. (Comp.). (2000). Dilemas éticos. México: UNAM-IIF/FCE.

Rabossi, E. y Salmerón, F. (1985). Ética y análisis. México: UNAM.

Rojas, E. (1999). El hombre light: una vida sin valores. México: Planeta.



Cómo citar

Hernández, C. (2018). Objetivismo y subjetivismo en los valores. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAED/Facultad de Contaduría y Administración-UNAM. Consultado el (fecha) de (vínculo)