Lengua, Norma y Habla

Unidad de Apoyo para el Aprendizaje

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Introducción


En la península itálica se desarrolló una lengua que cobró una fuerza abismal: el latín. Debido a la expansión territorial de Roma por las sucesivas guerras y el deseo de poseer más territorios, se impuso al latín como lengua oficial.

Los soldados no hablaban un latín culto, propio de los senadores y nobles que imperaban en aquellos años, así que enseñaban su propia lengua (latín vulgar), que al estar en contacto con las variedades lingüísticas de otros pueblos originó las lenguas indoeuropeas, como el italiano, rumano, español, francés, portugués, etc. Cada pueblo enriqueció con su propia voz la nueva lengua impuesta.

De esta forma surgieron nuevos códigos de comunicación, que con el paso de los años adquirieron una fisonomía única; el estudio interno de cada una de estas lenguas originó una serie de reglas para construir y emitir mensajes congruentes, sean escritos u orales.



Enseñanza del latín.

Enseñanza del latín [ilustración].

Diferenciar entre lengua, habla y norma, a través de conceptos, definiciones y ejemplos, con el fin de emplearlos adecuadamente en futuras investigaciones lingüísticas o académicas.

Lengua


El lenguaje es un instrumento de comunicación entre dos o más personas, las cuales deben compartir un código, o sea, una lengua. Ésta posee diversas manifestaciones y formas; todas se rigen por una serie de reglas, así como un sistema de signos que comparte una comunidad determinada.

Es un código constituido por un sistema de signos que se utilizan para producir mensajes y un sistema de fonemas con los cuales se forman los signos, lo que corresponde respectivamente a las articulaciones primera y segunda (Ávila, 2007: 51).

Las lenguas también reciben el nombre de idiomas, como el español, francés, inglés, náhuatl, ruso, otomí, etc. Estos sistemas están compuestos por sonidos, palabras, modelos organizacionales, significados, usos, reglas de cortesía e intenciones. El hablante se va a encargar de combinar todos estos elementos hasta obtener un discurso efectivo. Existen diferentes tipos de lenguas.



Lengua materna


Durante los primeros años de vida aprendemos a comunicarnos a través de este sistema; la empleamos de manera habitual en nuestra vida diaria.


Lengua vernácula o coloquial


A través de ella nos comunicamos de forma casual; la empleamos en círculos cercanos; incluye jergas, argots, groserías.




Lengua culta


La aprendemos por medios escritos (libros, periódicos, revistas); la llega a imponer una figura de autoridad cultural o política; se enseña dentro de las aulas cómo expresarse bien, cuáles son las formas adecuadas.




Segunda lengua o lengua extranjera


Los hablantes adquirimos otro código para comunicarnos; generalmente los procesos de migración, el deseo de tener un ascenso laboral o el hecho de ampliar un círculo de amistades nos orillan a aprender una nueva lengua.




Lengua natural


Surge en un periodo de tiempo; no surge de una invención. El francés, rumano, español, alemán, etc.




Lengua artificial


Está basada en una lengua natural y hecha con una finalidad. El esperanto, para reunir todas las lenguas en una sola, los lenguajes de programación, para hacer más eficiente la vida cotidiana.




Lengua muerta


Los hablantes murieron y no se utiliza más; quedan algunos rastros en la arqueología. El fenicio, el latín, el sumerio son lenguas muertas.




Lengua franca


Cuando no compartimos lengua materna con otro hablante empleamos una en común para ambos; la lengua franca por excelencia es el inglés.




En general, puede hablarse de cuatro tipos de variedades de la lengua:


    a) Variedades diatópicas. Se denominan comúnmente dialectos. Se trata de aquellas variedades de una lengua que se localizan en diferentes ámbitos geográficos. Por ejemplo, el español de Puerto Rico.

    b) Variedades diastráticas. A veces se denominan jergas o sociolectos y son diversas variedades de una lengua que se localizan en hablas típicas de diferentes ámbitos sociales, dentro de una misma comunidad lingüística. Por ejemplo, el habla de los soldados.

    c) Variedades diafásicas. Se denominan a veces registros y son diversas variedades lingüísticas que se usan en distintas situaciones sociales. Por ejemplo, el habla culta frente a la coloquial.

    d) Variedades individuales. Se denominan a veces idiolectos y son las hablas de individuos determinados con todas sus peculiaridades idiosincrásicas (Cfr. Navarro, 2011: 48).


La lengua, además de ser ese conjunto de sistemas y reglas, también cumple con un carácter social y una expresión individual (idiolecto). Un hablante tendrá un pensamiento o sentimiento para que otros podamos comprender esa idea abstracta; buscará en su mente una serie de formas y escogerá la más adecuada. Veamos cómo ocurre en el siguiente subtema.


Relaciones sintagmáticas y paradigmáticas


¿Has escuchado la frase “Piensa antes de hablar”?

Nuestro cerebro funciona como un almacén; allí guardamos todas esas reglas que adquirimos cuando aprendimos a hablar; por ejemplo, “no sé dice cabo se dice quepo; se dice gracias; se saluda y no pasas como burro”. Todas esas formas de cortesía, palabras, sonidos, conocimiento del mundo, reconocimiento de rostros, voces, experiencias y recuerdos los tenemos instalados como un software. A todos esos elementos disponibles en nuestro sistema les llamaremos paradigma.

Si verbalizamos ese paradigma, es decir, todo lo que sucede en nuestras cabezas, pensarían que estamos locos al saltar de una idea a otra en segundos. Ese almacén necesita que lo organicen, buscando entonces el pensamiento, los sonidos y las palabras para expresar lo que deseamos; a esa combinación le nombramos sintagma.

De acuerdo con Jakobson (1967), “en el paradigma los elementos están en una relación de similitud y semejanza. Y en el sintagma los elementos están en una relación de contigüidad en cuanto a que cada elemento aparece a lado del otro en posición contigua” (pp. 49-56).


Ejemplos de sintagma y paradigma en la vida cotidiana

El sintagma y el paradigma en la vida cotidiana [ilustración].


En un armario tenemos un cajón de playeras, otro de pantalones y calcetines. Esas opciones están en una relación de similitud: ropa. Los vamos a seleccionar hasta formar un outfit (conjunto), es decir, un sintagma. La playera estará a un lado del pantalón y estos junto a los calcetines en una posición contigua, como menciona Jakobson.

Lo mismo ocurre a nivel oración. Elegimos sujetos, verbos y complementos para emitir un buen mensaje. Una vez que seleccionamos el sintagma, lo emitiremos a nuestro receptor; esto nos lleva al siguiente punto: el habla.

Habla


Manifestamos nuestras ideas, pensamientos, sentimientos y experiencias a través del habla; ésta puede llegar a ser un ejercicio tanto individual como colectivo. Hablar un código implica usar sus reglas de forma adecuada, pero también elegir de manera voluntaria cuál es la forma más idónea para expresarnos.

Con el paso de los años aprendemos frases que nos gustan, las cambiamos, las hacemos nuestras y las producimos. Éstas se replican por hablantes cercanos a nosotros; a través del habla fomentamos el humor, la simpatía, empatía y la convivencia.

Es el fenómeno individual, la realización concreta de la lengua por un hablante específico […]; cuando hablamos manifestamos nuestros rasgos individuales o los de la región a la que pertenecemos, [también] emitimos sonidos, pero estos no se realizan de igual forma por todos los individuos y no todos los sonidos suenan del mismo modo, [están sujetos a factores como] estado emocional, edad, sexo (Cuba, 2011: 92).

Por supuesto, los hablantes nos vamos a adecuar al entorno en donde nos desenvolvemos. Si nos encontramos con un hablante que tiene hambre, para expresarse buscará la manera más acorde con la situación.

En las tres situaciones se eligió de forma voluntaria el sintagma adecuado y se emitió. El primero resulta más distante, afectivamente, que el tercero. El habla también nos comunica estatus social, nivel cultural, educativo, contexto y procedencia.



Norma

Cualquier código posee una serie de reglas; éstas se establecieron por un grupo social que comparte el mismo instrumento de comunicación. De acuerdo al Diccionario del Español de México (DEM) se define a la norma lingüística como un "conjunto de criterios histórica y socialmente establecidos que guía la manera de hablar y escribir una lengua y determina lo que es correcto o incorrecto". Lo correcto, admisible por un grupo de hablantes de determinada región.

La norma repercute en diferentes niveles lingüísticos. Hay reglas gramaticales, léxicas y fonéticas. La norma académica, por ejemplo, delimita cuáles son los usos correctos e incorrectos y difunde estos puntos a partir de libros y diccionarios. La norma lingüística es convencional, el uso deseable de esa regla. La primera tiene un carácter prescriptivo y la segunda uno descriptivo.

Una misma lengua puede tener diversas normas –en diversos momentos de tiempo o en diversos ámbitos geográficos–: el inglés americano, australiano y británico; el español de América, de Filipinas, el portugués de Portugal y de Brasil (cfr. Navarro, 2011: 48).

Quienes vamos a decidir qué usar y qué no somos los hablantes.

En ocasiones van a coexistir palabras que estarán en competencia durante un tiempo hasta que la más utilizada predomine. Ahora es común saludar de buen día, buena tarde o buena noche cuando la regla dice que es buenos días, buenas tardes y buenas noches. Los hablantes argumentan que por qué usar el plural si sólo es una; sin embargo, olvidan el sentido poético del español, que desea buenos días, tardes y noches para el resto de tus días.

Las normas, así como las lenguas, evolucionan, no se mantienen estables. Los seres, al igual que sus códigos, nacen, crecen, se desarrollan, interactúan entre sí y mueren. Sólo el tiempo dirá qué le depara al español.

Actividad. Las lenguas

En lingüística existen distintos tipos de lengua, como son materna, vernácula o coloquial, culta, extranjera, natural, artificial, muerta y franca.


Autoevaluación. Lengua, norma y habla

En la mente guardamos sonidos, palabras, recuerdos y experiencias (paradigma); una vez que los seleccionamos y organizamos (sintagma) podemos producir un mensaje; debemos compartir un código, la lengua, para luego emitirlo a través del habla, sin olvidarnos de su norma.


Fuentes de información

Básicas


Ávila, R. (2007). La lengua y los hablantes. México: Trillas.

Cuba, L. (2011). Introducción a los estudios lingüísticos. La Habana: Pueblo y Educación.

Jakobson, R. y Halle, M. (1967). Fundamentos del lenguaje. Madrid: Ciencia Nueva.

Navarro, R. (2011). Los dialectos son lenguas inferiores. En Mitos de la lengua. México: Lectorum.



Complementarias


Beristáin, H. (2007). Gramática estructural de la lengua española. México: UNAM/Limusa Noriega Editores.



Cómo citar

Islas, B. M. (2018). Lengua, Norma y Habla. Unidades de Apoyo para el Aprendizaje. CUAED/FES Acatlán-UNAM. Consultado el (fecha) de (vínculo)